De manera inesperada se convirtió en el hombre del día. Acostumbrado a comunicar las noticias económicas desde la pantalla de la CNN durante los últimos quince años, Alberto Padilla fue el centro de todas las miradas en el almuerzo anual de la Academia Argentina de Gastronomía.
Un convite gourmet por todo lo alto en los salones elegantes del Palacio Duhau Park Hyatt, con mayoría absoluta de hombres, desde el cocinero star de La Bourgogne Jean Paul Bondoux, hasta Cristiano Ratazzi, Enrique Larreta, Manolo Mora, Guillermo Jaim Echeverry, Alejandro Dodero, López Mena, Juan Scalesciani y el selecto grupo de académicos de la gastronomía conducidos por la presidenta de la entidad, la entusiasta María Podestá.Los embajadores de Italia, Francia y Uruguay asistieron no sin asombro al convite que derivó de los comentarios sobre el punto de la carne añejada en frío (último delirio gourmet) y la acidez del chutney de jengibre, hasta los increíble twitters y mails que bombardearon el teléfono de Alberto Padilla.
Doy fe, porque el destino quiso que ambos estuviéramos en la misma mesa, la 4, sentados al lado. La sonrisa de Alberto Padilla es su mejor carta de presentación. Está ahí en vivo, pero es como si estuviera en la pantalla, tiene cara y gestos "mediáticos".
Alejado de la CNN, ahora por cuenta propia con su consultora, el mexicano especialista en economía y finanzas no salía de su asombro. Le tocó estar en el piso en el mismo momento que Longobardi fue sacado del aire de un plumazo y lo tuiteó en el acto. Las respuestas no se hicieron esperar. La sección breaking news de diarios y agencias norteamericanas le dieron aire a la noticia:
"La censura golpea a la Argentina". Ni Padilla ni Longobardi imaginaron tamaño efecto multiplicador.
En la fiesta anual de la gastronomía fue distinguida por su trayectoria burbujeante la bodega Chandon, en la persona de su CEO, el apuesto Ramiro Otaño. También ayer se presentó el nuevo sitio web destinado al turismo receptivo y bautizado "Taste of Argentina", para promover vinos mendocinos, chivitos cordobeses, quesos tucumanos y otras delicias del gusto argentino. Lástima, faltó el invitado de honor, según rezaba el programa de mano, que era el Ministro de Turismo Enrique Meyer.
Otros menesteres alejaron al funcionario de los salones del Park Hyatt. Estaba en Mar del Plata con la Presidenta haciendo pública la decisión de recuperar la Fórmula I para la Argentina; ahora en un escenario tan "monegasco" como es Mar del Plata.
El crujiente de chocolate marcó el final de la cumbre gourmet. Para Alberto Padilla, testigo inesperado de un golpe de censura, comenzaba una tarde hiperconectada atrapado por la avidez de las redes sociales..
Fuente: lanacion.com.ar
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